Don Juan vende el mejor mezcal en San Luis. Y
no es de acá, lo trae de Santa Teresa, cerca de Zacatecas, curado por él mismo con
naranja y algún truco que atrapa desde el primer sorbo y nunca aburre, ya que
por su proceso artesanal siempre tiene un regusto diferente. Así es como uno se
vuelve cliente fiel.
El bar se quedó estacionado en el tiempo como
parte del conjunto arquitectónico del Hotel Progreso, junto pero no revuelto,
el espacio del bar guarda una aire de nostalgia que por fortuna no ha sido
tomado por los novedosos amantes de lo vintage, hay poca gente pero fiel a las
artes de Don Juan, que no se limitan al mezcal, también hace las mejores y más
pegadoras sangrías que he probado. Fuera de ello la oferta es escasa: cerveza
corona, ron y malos tequilas, pero ni falta hace más, ya que entre esto y la amena charla del
anfitrión no se necesita más nada. Él tiene ahí más o menos todo el tiempo del
mundo y con ello la consabida sabiduría y don de palabra adquirido por todo
barman que se respete, máxime si anda en el negocio desde los doce años, así
que si le hacen plática pueden conocer las múltiples propiedades del mezcal,
las mejores horas y temporadas para beberlo o alguna anécdota de los múltiples
clientes que han pasado por ahí a lo largo de los años, incluso hasta alguna
amable pero firme indicación, como aquella vez en que le dije que esperaría a
que se enfriara la cerveza que acababan de surtirle y me señaló que desde que
la inventaron y hasta inicio del siglo pasado, antes de la invención de los
refigeradores, la gente la había bebido a temperatura ambiente. Acto seguido
destapó una, la dejó en la mesa y se dio la vuelta. Me la tomé.
La única botana son cacahuates salados y
rodajas de naranja, por lo que es aconsejable ir ya comido o pasar por un trago
como aperitivo. Por lo regular van a encontrar el lugar con sólo una o acaso
dos mesas ocupadas, lo cual asusta a los advenedizos; los que conocemos de las
bondades del lugar sabemos que eso es un extra para una de las cantinas más
memorables de la ciudad.
El bar se encuentra en la esquina de Allende
e Iturbide en pleno centro de San Luis Potosí capital, el horario es de lunes a
sábado más o menos a partir de las dos de la tarde y hasta que don Juan se
cansé o le dé sueño, por ahí de las nueve y media o diez de la noche. El costo
es lo mejor, con cien pesos uno sale alegre, pero se recomienda no abusar si
pena de salir rebotando.